Según Daniel Goleman, autor del libro Emotional Intelligence, la inteligencia emocional “es la forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia o la motivación, todos ellos configuradores de rasgos de carácter como la compasión y el altruismo, que resultan indispensables para una buena y creativa adaptación social”. Es decir, una habilidad indispensable en la gestión de las emociones.
La inteligencia emocional está ligada con la gestión de conflictos, el manejo del estrés o las dotes comunicativas, todas ellas habilidades con un impacto más que notable en la gestión del bienestar y, por lo tanto, en el rendimiento de los trabajadores. Por esta razón, estas capacidades, otrora subestimadas, son cada vez más demandadas en el mercado laboral. La razón es obvia: gestionar las emociones de manera correcta y positiva, será capaz de influenciar en las actitudes y comportamientos a la hora de tomar decisiones o manejar conflictos de los trabajadores y trabajadoras, que serán más resolutivos.
La inteligencia emocional, como el resto de inteligencias, es una técnica que se puede adquirir con la práctica y requiere dedicación y compromiso. Es decir, es una habilidad que se entrena y se aprende, por lo que muchas empresas (40% de las empresas del Fortune 500 en EE.UU) han comenzado a ofrecer cursos y formaciones para sus trabajadores. Cuando se practica la inteligencia emocional, se obtiene la capacidad de ver las situaciones desde una perspectiva objetiva, siendo más fácil direccionar bien las acciones.
Los coach, una figura que ha ganado protagonismo en las empresas, como David Bejarano, instructor en Udemy, afirman que las personas de éxito, a largo plazo, logran esa posición no sólo por sus conocimientos técnicos y títulos, sino también y, de manera destacada, gracias a sus habilidades sociales.
El entorno en el que vivimos ha cambiado. La tecnología ha transformado nuestra forma de relacionarnos en el ámbito personal y profesional. El futuro parece ser tecnológico, pero no hay que olvidar que las personas deben estar en el centro, convirtiendo a la tecnología en una herramienta que ayude a solucionar los problemas de las personas y no viceversa.
Por esta razón, y conociendo la importancia que tiene en todos los ámbitos de la vida la correcta gestión de las emociones y el bienestar, la inteligencia emocional debe trasladarse a las aulas. Invirtiendo en la educación emocional de los jóvenes, podremos ayudar a desarrollar mujeres y hombres más responsables, maduros y empáticos, capaces de entender mejor a las personas y las emociones que tienen alrededor. Serán individuos que tendrán mejores herramientas para llegar más lejos, hacia el éxito. De esta manera, estaremos ayudando a crear una sociedad mejor.
¿Has implementado una estrategia para mejorar el bienestar de tus empleados y empleadas? ¿Tu empresa tiene a las personas en el centro de su gestión? Si es así, queremos conocer tus proyectos y tus iniciativas. Hi! Awards nace con el objetivo de identificar, difundir y premiar a aquellas empresas que se preocupan por el bienestar de su equipo, organizaciones que tienen en la felicidad de las personas que conforman su familia su mayor activo. Porque el ejemplo de estas empresas, líderes del mañana, ayudará a concienciar a otras de que al éxito se llegará mediante el camino a la felicidad.