Los nuevos retos exigen nuevas soluciones
Las organizaciones del siglo XXI se enfrentan a retos, tanto externos como internos, que no sólo son nuevos: son imprevisibles.
Por un lado, los clientes, consumidores y usuarios exigen a las empresas un compromiso inequívoco y explícito con la sociedad y con el planeta, esperando de ellas actuaciones responsables, coherentes, transparentes y cuantificables.
En paralelo, la necesidad de atraer talento en un escenario global, los nuevos modelos de relación profesional, el afloramiento de nuevas profesiones y la convivencia en el mismo espacio de trabajo de hasta cuatro generaciones, todas ellas con mucho que aportar, plantean desafíos inéditos en términos de bienestar laboral.
Los tiempos cambian y las actuaciones cosméticas ya no son eficaces para cubrir deficiencias. Ni existen fórmulas que funcionen para todos los perfiles profesionales, ni son suficientes los informes de responsabilidad social tradicionales orientados al marketing corporativo.
Las compañías deben apostar por estrategias creativas e innovadoras que promuevan la salud emocional en los entornos laborales. Deben comprometerse con el bienestar de sus profesionales y de la sociedad. Todo ello, de una forma honesta, sincera y creíble.